Chile prehispánico, antiguamente denominado como Prehistoria de Chile, es el período histórico que se extiende desde la llegada de los primeros habitantes al actual territorio continental chileno, por lo menos en el 12800 a. C., hasta la llegada de los colonizadores españoles a Copiapó, en la expedición de Diego de Almagro, el 21 de marzo de 1536.
Teorías de poblamiento americano
Teoría oceánica de Paul Rivet
Existen varias teorías sobre el poblamiento americano; sin embargo, la más aceptada es la de Paul Rivet,2 quien plantea que el hombre llegó a América desde varios lugares:
desde Asia, a través del estrecho de Bering,
desde Australia, atravesando el sur del océano Pacífico por un puente antártico hasta llegar a Sudamérica, y
desde la Polinesia y Melanesia, atravesando el Pacífico en balsas, poblando Centroamérica.
Con el tiempo, estos habitantes se transformaron en diversos grupos que poblaron Chile de norte a sur.
Paleoindio
Monte Verde es un importante yacimiento arqueológico descubierto en 1976. Es un asentamiento humano del pleistoceno tardío ubicado en la Región de Los Lagos, en el sur de Chile. Es, con una edad de 14800 años antes del presente, uno de los asentamientos humanos más antiguos descubiertos en toda América.3 4
Hace 14 800 años, un pequeño grupo humano, denominado «cultura monteverdina», habitaba en las cercanías del río Maullín, en las inmediaciones de la actual ciudad de Puerto Montt. Sus restos arqueológicos fueron excepcionalmente bien conservados por causas naturales fortuitas que permitieron la formación del sitio.5 En 1997, luego de la verificación de sus datos por un grupo de científicos, reconociéndolo como uno de los sitios más antiguos de América habitado por seres humanos que se haya podido verificar hasta el presente, el descubrimiento puso fin al Consenso de Clovis que postulaba el poblamiento tardío del continente americano y dio sustento a ideas como la del poblamiento temprano.4 6 7
El 13 de febrero de 1986, a través del Diario Austral de Osorno,8 se informaban de la existencia de restos de un animal prehistórico, que se encontraron mientras se realizaban las excavaciones para construir un nuevo conjunto habitacional, en lo que hoy se conoce como Villa Los Notros, en el sector de Pilauco.
Las piezas encontradas correspondían a una mandíbula con parte de sus molares, una vértebra, una costilla y trozos no identificados del animal, que en esos momentos se presumía que correspondían a un mastodonte o un megaterio. Tendrían que pasar más de 20 años, para que un equipo de la Universidad Austral de Chile, encabezado por el doctor Mario Pino, informara que se trataba de un gonfoterio, el que además, se encontraba acompañado de una serie de elementos asociados a la flora y fauna del Pleistoceno.
En los veinte años que pasaron, desde que se descubrieron las piezas del Gonfoterio y la ejecución del estudio desarrollado por la Universidad Austral, se pasó desde una situación de grandes expectativas a un total olvido, debido principalmente, a la falta de recursos humanos y financieros, para abordar un estudio más acabado del sitio Pilauco. Hasta que se presenta y aprueba por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), la iniciativa denominada “Investigación Paleontológica del Sitio Pilauco Bajo”. La investigación se ejecutó entre el mes de noviembre de 2007 y el mes de marzo de 2008.9 Además encontrándose una serie de instrumentos líticos que fueron estudiados. El 19 de abril de 2012 fue publicado un resumen preliminar en que se databan las muestras entre 12.000 a 14600 años. A los investigadores, además les generó curiosidad la gran cantidad de talones puntiformes (el lugar donde se golpea el guijarro) que son propios de fases de elaboración más avanzadas, rasgos que pudieron ser confeccionados utilizando un percutor muy duro, que le permitió producir este tipo de rasgo tecnomorfológico Asimismo la presencia de láminas (fragmentos más largos que anchos), debieron exigir a los habitantes del lugar un tipo de técnica extractiva específica.10
La cultura Chinchorro fueron un grupo de pescadores que habitaron la costa del Desierto de Atacama entre el 7020 al 1500 a. C., desde Ilo (Perú) por el norte hasta Antofagasta (Chile) por el sur, estableciéndose su núcleo en la actual ciudad de Arica y el valle de Camarones.11 Destaca entre otros grupos de cazadores recolectores tempranos por sus excepcionales ritos funerarios, siendo los primeros, a nivel mundial, en momificar artificialmente a sus muertos.12 Sus momias son las más antiguas del mundo, y aun tienen ADN que está siendo revisado..
En el año 2008, Diego Salazar y un grupo de investigadores de la Universidad de Chile descubrieron una antigua mina en la quebrada San Ramón, al norte de Taltal. En el 2009 los restos encontrados y las cotas analizadas arrojaron su data: entre 10 y 12 mil años de antigüedad.13 El 20 de mayo de 2011, la revista Current Archeology confirmó el hallazgo: el yacimiento encontrado es la mina más antigua de América, y según Conicyt es una de las investigaciones más importantes realizadas en Chile durante el 2010. Se trata de una mina de óxido de hierro, mineral de altísimo valor en la época, pues se usaba para realizar pinturas con fines ceremoniales en los cuerpos de los difuntos y para ornamentar objetos.13
Su hallazgo revoluciona la concepción que teníamos de los indígenas que habitaron el área [refiriéndose a la cultura huentelauquén que habitó la zona entre lo que hoy es Los Vilos y Antofagasta hace 9000 y 12000 años]. Hoy solo tenemos rocas y huesos pintados, por lo que los próximos pasos serán determinar con qué indígenas intercambiaban el material y detallar cómo era usado por los mismos indígenas.
Daniel Salazar al periódico La Tercera13
Su cultura siempre fue concebida como la de una sociedad básica que recolectaba y pescaba en la costa del norte de Chile. Sin embargo, el tamaño de la mina y la cantidad de extracciones que eran capaces de hacer cambiaron esta creencia.13
De acuerdo a estudios de polen realizados en la zona de la Laguna de Tagua Tagua, se estableció que, en gran parte del Pleistoceno superior, predominaba un clima más frío que el actual, con una cubierta arbórea representada por especies del bosque valdiviano como coigües, robles y lengas. Alrededor de hace 10 000 años, disminuye la formación del parque de coníferas por aumento de la temperatura.14 El humano se asentó en esta zona hace aproximadamente 12 000 años.15 Se creía que eran los más antiguos pobladores de las tierras que forman el actual territorio chileno; sin embargo, posteriormente las investigaciones realizadas por Tom Dillehay en el ya famoso sitio paleoindio de Monteverde, en las cercanías de Puerto Montt, han determinado que la datación basal de este otro sitio es de aproximadamente 14 800 años antes del presente16 sitúan a esa zona como el asentamiento humano más antiguo de Chile (Tagua Tagua bordea los 11000 años antes del presente), e incluso como uno de los más tempranos del continente americano.
Estos primeros cazadores americanos, a quienes los arqueólogos han llamado “paleoindios”, así como al estadio de desarrollo cultural que los describe, se ubicaron en Tagua Tagua para acechar y cazar a estos grandes animales que quedaban entrampados en los pantanos del lugar, para lo cual utilizaron una sencilla pero eficiente tecnología como grandes bloques de piedra y lanzas armadas con filosas puntas de proyectil de cuarzo finamente talladas.
Hace 12500 a. C. llegaron al Valle de Tagua Tagua los primeros pueblos cazadores recolectores siguiendo el rastro de grandes animales como mastodontes, caballos americanos y ciervos de los pantanos. El cambio climático debido al fin de la última Glaciación, el progresivo avance en la utilización de técnicas de cultivo y la domesticación de animales permitieron la paulatina sedentarización de estos pueblos, que se establecieron en el curso de los ríos y en los valles formados por la cordillera de la costa, para cultivar maíz, porotos, quínoa y zapallo, y para aprovechar la variedad de peces y mariscos que les otorgaba el mar y las maderas de las quebradas costeras plenas de arrayanes, boldos, canelos, maquis y peumos.
Esta laguna, que se situaba a 4,73 km al sur de San Vicente, fue desecada en el siglo XIX, encontrándose restos de animales prehistóricos como mastodontes, caballos americanos y sapos gigantes. Hasta hace muy poco se creía que era el lugar de ocupación humano más temprano de Chile (9500 a. C.), pero se encontró el ya citado de Monteverde, cerca de Puerto Montt, que era 1500 años más temprano (11000 a. C.). Arqueólogos y Paleontólogos de todo el mundo han visitado los socavones del piso desecado de la laguna, haciendo importantes hallazgos.
Naturalistas, como Claudio Gay, visitaron la laguna haciendo estudios arqueológicos a pesar de no ser arqueólogos.
Alrededor del año 1833, Javier Errázuriz Sotomayor concibió un proyecto de desagüe parcial de la laguna, la que carecía de un desagüe natural, provocando inundaciones durante los años especialmente lluviosos. Los trabajos duraron cerca de diez años. Es posible que un súbito aumento del nivel de las aguas hubiese provocado que estas irrumpieran con fuerza en el túnel 34°27′50.47″S 71°10′0.35″O que se estaba construyendo para tal efecto, el que, incapaz de contener la crecida, fue deshecho por ella dejando libre paso a sus aguas y desecando la laguna.
Los Vilos
Esta zona estuvo poblada desde hace más de 10000 años. Pero la memoria impuesta por la cultura española nos hace pensar que existe solo desde que llegaron los europeos. En Los Vilos, en la denominada Quebrada de Quereo, fueron hallados restos óseos perteneciente a varias especies del género Mastodonte con una data de más de 12.000 años, así como asentamientos humanos que superan los 6.000 años de antigüedad. El reconocido arqueólogo de la Universidad de Chile, Donald Jackson, a través de conferencias a escolares y público adulto, ha instado a generar conciencia acerca de la necesidad de proteger el patrimonio arqueológico y antropológico existente en este lugar.
Hace 10.000 años el nivel del mar estaba 100 metros más abajo. Muchas de las ocupaciones de ese periodo quedaron debajo del mar
El Periodo Arcaico de América comenzó hace aproximadamente 10 mil años (8000 a. C.) con los inicios del Holoceno, es decir, cuando terminaron las glaciaciones y duró hasta el surgimiento de la civilización olmeca que se calcula hacia el 1500 a. C. El grande protagonista de este periodo lo constituye la agricultura, que en América surge en tiempos similares al resto del planeta, es decir, antes del 6000 a. C. Alimentos fósiles de maíz, calabaza, patatas, animales domésticos y otros han sido encontrados en Mesoamérica y Suramérica con dataciones de hasta hace 10 mil años. Con el descubrimiento de la agricultura, los pobladores americanos comienzan el proceso de asentamiento definitivo y pasan del nomadismo milenario al sedentarismo, lo que les abre la vía al desarrollo de culturas más elaboradas que terminaran con el surgimiento de la primera más grande civilización del continente: la Olmeca. Hacia 1995, el registro arqueológico de los cazadores recolectores del Holoceno tardío en Los Vilos se caracterizaba como ocupaciones que:
...adquieren un carácter intensivo, que se manifiesta en depósitos densos compuestos por una gran variedad de moluscos. Incluyen tanto bivalvos como gastrópodos, estos últimos frecuentemente fracturados, asociados a erizos y a varias especies de crustáceos. Reflejan una explotación intensiva de la biodiversidad malacológica del sistema intermareal ..
D.Jackson y colaboradores17
En las terrazas litorales que rodeaban a Los Vilos, el ambiente se encuentra significativamente influenciado por el medio marino. Durante el Holoceno, su nivel cambió, pudiéndose establecer posterior a los 4000 adC. el inicio de una serie de fluctuaciones menores hacia su posición actual.18 Estos cambios pueden estar relacionados a eventos climáticos denominados como Neoglaciales, o tiempos caracterizados por una menor temperatura y mayor pluviosidad .19 Sitios de ocupación del Holoceno tardío son : el Cabo Tablas-Ñagué ,Punta Penitente ,Paso Inferior Conchalí . Punta Chungo , Los Cerrillos y la Quebrada de Quereo.20 El nivel cultural Quereo III es un nivel de ocupación distinto en relación a las ocupaciones finipleistocénicas. En este nivel cultural holocénico tardío se identificó una industria principalmente constituida por el aprovechamiento de guijarros. En cuanto a la subsistencia, destaca el consumo de otáridos y ausencia de bivalvos.
Llama la atención (...) la práctica ausencia de bivalvos, pelecípedos, peces y fauna terrestre. Es decir, no hay restos de explotación de playas arenosas, mientras que (...) habla a favor de prácticas de recolección de mariscos de rocas, en el ámbito de la desembocadura
L. Nuñez21
El Período Arcaico en Chile Central: los cazadores especializados (8000-600 a. C.)
Cazadores Recolectores Avanzados
Cazadores Recolectores Avanzados 6000 a. C. - 2500 a. C..
El Cementerio más antiguo del país
Al hacer un camino en 1948 en el borde del cerro, se encontraron múltiples restos funerarios en Cuchipuy (< quechua cuchicuy, ‘sin náusea’, o cutichupuy, ‘devolver u olor de almas’), a unos 7 km al sur de San Vicente.22 En el año 1976, tras investigaciones realizadas por el Departamento de Antropología de la Universidad de Chile, quedó al descubierto el más antiguo de los cementerios del país, un lugar intensamente utilizado por estos grupos entre el 6000 y el 3700 a. C. Restos óseos humanos, correspondiente a más de cien individuos, fueron extraídos de cuatro niveles superpuestos,22 siendo el más profundo de ellos uno de los más antiguos de América, con una data del XI milenio a. C.23
Norte
Los primeros habitantes del territorio llegaron por el norte, y eran cazadores recolectores. Los primeros se desplazaron al parecer por las planicies andinas en búsqueda de animales, que se encontraban en las quebradas del desierto de Atacama. Probablemente llegaron hacia el 13 000 a. C., siendo uno de los yacimientos más antiguos el de Ghachi, ubicado cerca de San Pedro de Atacama. Su técnica era primitiva, pues desconocían las puntas de proyectil, y su herramienta más usada era el hacha de mano.
Otro importante yacimiento, que marca un hito cultural, es Puripica, a 33 km al noreste de San Pedro de Atacama, apareciendo puntas de proyectiles en forma de hojas de sauce y laurel, fabricadas con basalto.
Un complejo más reciente es el complejo industrial de Tambillos, que es un sitio de caza, en donde se han encontrado muchas puntas de proyectiles y chuchillos, raspadores y perforadores.
La aparición de estos últimos yacimientos, por el 4000 AC, implica además un cambio en la dieta alimenticia, de grupos nómadas de cazadores, pasaron a tener mayor preponderancia la recolección de semillas y frutos. Probablemente afecto en esta evolución algunos cambios climáticos y movimientos de especies animales
Eso ocurre en la región altiplanica y precordillerana, en la región costera la preponderancia es de la actividad pesquera. Las más antiguas muestras de aquello son grandes conchales, en Arica, Pisagua, Taltal, Antofagasta y otros sitios.
La dedicación a la actividad pesquera trajo varios cambios, la pesca debió proporcionar mayor seguridad alimenticia, y las bandas se agrupaban en macrobandas, como lo demuestra la gran cantidad de conchales.
En Arica destaca la presencia de la cultura Chinchorro, famoso por tener las momias más antiguas del mundo, demostrando que se está alcanzando un nivel cultural alto.
En los valles transversales del Norte Chico se encuentra otras poblaciones, que estaban en vías de pasar al estado Agroalfarero como la Cultura Huentelauquén, ubicada en el valle de Choapa. Destaca esta cultura por la posesión de piezas líticas triangulares y polígonas, llamadas "cogged stones", y que se utilizaban para moler, revelando la existencia de un Horizonte de Piedras de Moler. Este artefacto solo es conocido en California y en Chile.
El paso en la zona norte del preagroalfarero al agroalfarero se dio por el éxito de la introducción de la agricultura, que triunfó en el área andina, valles, ríos y quebradas. En la costa un grupo seguía viviendo de la misma manera que sus antepasados hasta la conquista española, eran los Changos, que tenían una economía basada en productos marinos.
Chile Central
El clima en la zona central, al ser más húmedo que en el norte, conspira contra la conservación de los restos prehistóricos. El resto más antiguo es el de Tagua Tagua, que está estimado por el 9000 a. C. La desertificación debió causar movimientos de animales, que obligaron al hombre a dirigirse a la costa, mezclándose con las culturas costeras del norte, lo que explicaría la aparición de numerosos conchales, como de La Raspa, de Las Ventanas y de Cáhuil.
El nivel cultural subió, y se encuentran herramientas como los choppers y chopping-tools, raspadores, lascas, etc., que han sido encontrados entre huesos de lobos de mar y aves, que también trabajaban para desprender los mariscos de las rocas.
No se sabe cuando adoptaron la agricultura, pero seguramente vino del norte, por influencia de la cultura de Complejo El Molle, pues con ella estuvieron contacto, como lo atestiguan los objetos mollenses obtenidos en sus conchales. La cultura Molle devino en las culturas Bato y Molle.
Sur
El clima se hace aún más húmedo en la Zona Sur y por eso no se han hallado muchos restos. Sin embargo es aquí donde se encontró el yacimiento más antiguo de todo el país. En Monte Verde, en las cercanías de Puerto Montt, y en Pilauco Bajo en Osorno, se hallaron restos datados en unos 14.000 a 14 800 años de antigüedad. Se trata de restos de viviendas, madera trabajada y alimentos de origen animal y vegetal, y herramientas líticas.
Entre Concepción y Valdivia solo se sabe de unos cuantos conchales que nos dicen muy poco. Tiene una industria lítica de cuarcita gris, con puntas de flecha dentadas y con barbas. Se desconoce si este complejo incluye un esbozo de industria alfarera, pero se cree que perduró hasta el periodo agroalfarero como modo de vida de pescadores y recolectores.
En Chiloé en cambio si se han encontrado conchales que entregan más información, en los cuales se encuentra una industria a base de guijarros conocidos como choppers, y una cerámica incipiente, en una fase superior. Se le da una data a estos instrumentos de unos 6000 años, constituyéndose en los más antiguos de su clase.
Extremo Sur
En este sector habitaron varios grupos nómades los cuales eran terrestres, se desplazaban por la tierra, o canoeros, lo hacían por el mar. En tiempos históricos, la primera tradición estaba representada por los selknam u onas y varias parcialidades aónikenk o tehuelches, y la segunda, por los yaganes o yámana y varias parcialidades alacalufes (entre ellos los kawésqar).
Los selk´nam habitaron la isla de Tierra del Fuego, donde se dedicaron a la caza del guanaco y zorros. Estaban acostumbrados a vivir en casas hechas de cuero animal, a vestir pieles y a practicar, con numerosas reuniones religiosas, mitos y leyendas, el animismo.
Los tehuelches vivían en las mesetas patagónicas. En Patagonia Centro-Meridional, correspondiendo en Chile a la Región de Aysén, destacaron por sus pinturas rupestres. Su actividad económica, religión y vivienda eran muy parecidas a las de la cultura anterior.
Los yámana ocupaban los archipiélagos fueguinos, desde el canal de Beagle al Cabo de Hornos. Su vida se desarrollaba al interior de canoas, dedicándose a pescar y cazar animales marinos. Estas pequeñas embarcaciones llevaban fuego encendido en su interior para protegerse del frío de alguna manera, ya que, al igual que el anterior andaban desnudos.
Los alacalufes poblaron los canales entre el Golfo de Penas y Tierra del Fuego. Estos grupos nómades, que pescaban y cazaban animales marinos, se protegían del frío con pieles de animales y con un sistema de fogatas en canoas, similar al del anterior. Al igual que las tres culturas que habitaron la zona eran animistas y se organizaban en bandas.
Periodo Agroalfarero
La primera oleada agroalfarera llegada desde el Noroeste Argentino fue la Cultura Molle, la cual se mezclaron con los cazadores-recolectores locales para posteriormente dar origen a este pueblo.24
Los primeros rastros de esta cultura se remontan a unos 10.000 a 8.000 A.C, en el área de Los Vilos , donde grupos de cazadores se movilizaban de una zona a otra en búsqueda de animales para su alimentación. Hacia el año 2.500 A.C, estos cazadores entran en contacto con otros grupos que ya manejan nociones de agricultura, y con el tiempo, comienza a establecerse una cultura agroalfarera en el Valle del Elqui, la cual lleva por nombre El Molle por el pueblo del mismo nombre que queda al este de la ciudad de La Serena.En las cercanías de Los Vilos, en Tilama se pueden ver petroglifos de esta cultura.25
En Agua Amarilla se encontro un sitio arqueológico de esta época ,definido por un conchal con restos malacológicos básicamente de un sistema litoral rocoso y cuatro enterratorios.26 Los grupos agroalfareros de la zona fueron: Los aymaras, quienes viven en la zona norte Cordillera de los Andes; los atacameños, agricultores y ganaderos que se ubicaban en la II y parte de la III región; los diaguitas, habitantes de la IV región que se destacaron por su cerámicas en colores rojo, blanco y negro.
Los camanchacos que habitaban en la costa y eran pescadores, los coles que eran agricultores yungas y los collas que habitaban la sierra de la región.
El territorio hasta el río Maule formó parte del Collasuyo hasta la llegada de los españoles.
Período Agroalfarero Temprano
Véanse también: Cultura Llolleo y Complejo Pitrén.
Los primeros horticultores y ceramistas de Chile Central (800 a. C./600 a. C. – 900). En El Salvador en San Vicente de Tagua-Tagua se encontraron cerámicas Llolleo con data del 770.27
[editar]Período Agroalfarero Intermedio Tardío
Artículo principal: Complejo Aconcagua.
El Complejo Aconcagua en Chile Central (900 – 1470) La zona de Angostura fue en tiempos preincaicos, no solo un límite geográfico natural del territorio Aconcagua, sino una suerte de frontera cultural blanda con las poblaciones que habitaban al sur del Cachapoal (cuenca del Maule). Hacia el norte, el límite parece más preciso, no excediendo más allá del valle de Aconcagua.
La cerámica del Valle de Tagua Tagua tiene clara influencia de la Cultura Aconcagua. Son numerosos los hallazgos ocasionales de este período, hechos en nuestra región desde las primeras décadas del siglo veinte, en lugares como Codegua, Coinco, Pelequén, Guaico, Palmilla, Ligüeimo, Peralillo.28 29 30 En su mayoría corresponden a cerámicos decorados.
Desde esta época, en la que se vivía en conjuntos pequeños de casas construidas de quincha con techos de paja, junto a acequias destinadas a sostener una horticultura bien cimentada, en cultivos de porotos, maíz, quínoa, calabazas y zapallo.31 Las casas de Quincha aún se construyen en la actualidad,32 y aún se pueden ver como casa en Requehua, Rastrojos o El Tambo.
Complejo El Vergel
El Complejo El Vergel es una cultura del Período agroalfarero temprano de Chile. El Vergel aparece entre el 1100 d. C. y 1500 d. C.,33 entre Angol y la Zona de Huilío, inmediatamente al sur de Toltén.34 A esta nueva forma cultural se la reconoce como complejo Vergel, el cual se establece sobre Pitrén, lo que se manifiesta claramente en los contextos funerarios de carácter cerámico.35
Período Agroalfarero Tardío:El Inka en Chile Central (1470 – 1536)
Es el pucará más austral del Imperio incaico. Una de las más tempranas acciones de conquista realizadas por los Inka cuando arribaron al primer valle de Chile Central –el del río Aconcagua, importante por sus riquezas, demografía y ubicación estratégica- fue organizar a la población bajo un sistema de organización política dual, como aquella imperante en gran parte del área Andina prehispánica. Seguramente, aprovecharon las estructuras sociales y realidad política preexistente de las gentes representadas por el Complejo Aconcagua.
La invasión inca avanzó hasta después del Río Maule y asentaron en la zona varios Tambos y al menos un Pucará situado en la cima del cerro La Muralla.36 Ubicado en la estratégica cima del cerro la muralla,37 tenía a su lado sur la laguna de Santa Inés (la laguna de Tagua Tagua). Se presume que esta fortaleza fue usada como punto de observación o cuartel de defensa, ya que desde allí, se domina tanto el valle norte, como la cuenca sur que daba a la laguna de Tagua Tagua.38 39
En la cima del Cerro,40 las murallas en su trazado dibujan un águila en vuelo. Tiene tres murallas defensivas y dos sectores con viviendas. Se ha encontrado abundante cerámica y piedras tacitas.41 A 100 m de su primera muralla se encuentra una explanada, que, al parecer sirvió como campo de cultivos. Las evidencias hacen suponer que esta construcción fue efectuada por los incas, debido al trabajo de la piedra en bloques, la dimensión de los recintos y las estructuras en forma de terraza de algunos sectores.
Claudio Gay ya describió su ascenso al cerro la Muralla, que en esos entonces se llamaba del Inca y la fortaleza.42 Varias otras evidencias inka distribuidas entre Angostura y el norte del Maule, como en Rengo, Coinco, Doñihue y el Pucará de Cerro La Muralla, en Tagua Tagua, se suman al contexto de la Huaca de Chena y y del Pucará de La Compañía, para demostrar una suerte de sistema administrativo y defensivo de carácter regional.
El «Camino del Inka» o kapac ñam era la columna vertebral del Estado Inka,43 a través del cual controlaban y administraban su extenso imperio. Por él recorrían las noticias, los ejércitos de conquista y los recursos económicos necesarios. Se han encontrado registros de estas redes viales principalmente al norte de la cuenca del río Mapocho y en el valle superior del Aconcagua.
Las crónicas españolas mencionan que el Camino del Inca llegaba a extramuros de Santiago, por Huechuraba, seguramente el ramal transversal que venía por Los Andes-Colina, desde el otro lado de la cordillera, de la provincia de Cuyo.
En Santiago seguía el eje de la Avenida Independencia, la Calle Puente, la Plaza de Armas, la Calle Ahumada, la calle Arturo Prat, y la Gran Avda hacia el sur.
Hacia el sur, desde Maipo a Cachapoal, su trazado solo se ha podido inferir conectando los restos de varios centros administrativos y fortalezas Inka, con antiguos caminos coloniales que los habrían reutilizado, junto al registro en crónicas españolas de “puentes del inka” sobre los principales ríos de estos valles. También se han localizados restos de algunos tambos o posadas camineras construidas a la vera de los caminos, que consistían de unos pocos recintos rectangulares con muros de piedra canteada abiertos a un patio central. El más cercano a San Vicente es precisamente la localidad de El Tambo desde el Tambo de Malloa.
La denominación Promaucaes proviene del Quechua (quechua: puruma auca, «gente salvaje o gente de tierra virgén»)?. La interacción entre los Incas y los Promaucaes se nota por algunos préstamos tecnológicos como herramientas agrícolas, técnicas textiles y metalúrgicas, decoración de algunos tipos cerámicos y en ciertos aspectos de su organización laboral, como el mingaco que practican los actuales mapuche, llamado en quechua minga, el uso del quipu, un instrumento de contabilidad Inka basado en cuerdas con nudos, utilizado por los mapuche para el registro de información numérica muy sencilla en el contexto de sus estrategias guerreras. De la misma manera, las huellas de estos y otros préstamos culturales Inka se manifiestan hasta el día de hoy en los innumerables vocablos de origen quechua presentes en la lengua mapudungún.
Esta aparente contradicción entre lo consignado por los españoles y la información documental y arqueológica manejada por investigadores actuales, respecto al grado de desarrollo alcanzado por los indígenas promaucaes, podría explicarse como una forma de estrategia de subsistencia y resistencia adoptada por éstos frente a los invasores incas, que en momentos de peligro les obligó a abandonar sus lugares de asentamiento para huir a los montes y «pucaráes» manteniéndose fundamentalmente de la recolección de frutos y semillas silvestres.44
Durante el siglo XVII la denominación promaucae y la provincia de promaucaes va perdiendo fuerza, las referencias son casi inexistentes, y se asocian a la delimitación de un territorio («en 1607 se señala a los promaucaes en una merced de tierras concedida entre Rapel y Legueymo»), a la existencia de caminos (en 1611 se hace mención al «camino que va a los pormocaes») y «al partido de los promaucaes» en 1625.44
«Los indios promaucaes es una gente que está cien millas antes del estado (de Arauco). brava, soberbia, próspera y valiente,que bien los españoles la han probado…»
En este periodo los habitantes de esta zona fueron tres grupos considerables, unidos por una lengua, el mapudungún. Estos grupos son conocidos como picunches (gente del norte), mapuches (gente de la tierra) y huilliches (gente del sur).
Los primeros se ubicaban entre el río Aconcagua e Itata, recibiendo por esto el nombre de "Aconcaguas". Recibieron la influencia del Imperio inca, provocando el desarrollo de la agricultura del maíz. También se dedicaron a la alfarería y ganadería. Su organización política y social consistía en una organización dual.
Los segundos, se ubicaban en la VIII, IX y parte de la X región de Chile, y fueron agricultores, cazadores y ganaderos. Los mapuches eran bastante organizados, tenían una agrupación familiar con un jefe, llamada lof o levo, el conjunto de éstas se llamaba rehue, el cual se reunía solo para ocasiones especiales.
Los terceros vivían entre el río Toltén y el seno de Reloncaví. Se dedicaron a la caza, agricultura y cerámicas. Algunos participantes de este grupo se juntaron con los chonos, formando el pueblo de los cuncos..
En 2007 aparecieron restos de gallina polinesia en el golfo de Arauco, cuyo ADN demostró ser de entre 1304 y 1424 d. C.. Estos huesos probarían que navegantes de Oceanía –que habrían traído las gallinas– pudieron haber tenido contacto con América antes que los españoles.45 Resulta llamativo que el análisis genético de los huesos46 sea igual a los de la isla de Tonga y no a los de Rapa Nui que están más cercanos
HISTORIA UNIVERSAL
En este sitio se mencionara todo lo que fue y sigue siendo la historia universal. Espero sea de su agrado y se aceptan comentarios. Mas aun con cada nueva publicación habrá una encuesta para opinar.
jueves, 8 de noviembre de 2012
DESCUBRIMIENTO
El descubrimiento de Chile es el período histórico que se inició con la llegada de los españoles a tierras chilenas, específicamente la expedición de Hernando de Magallanes en 1520, luego continúa con la de Diego de Almagro en 1536, y concluye con la llegada de Pedro de Valdivia en 1541, quien inicia el período de la Conquista.
Réplica de la nao Victoria de Hernando de Magallanes en la ciudad de Punta Arenas.
En su intento por llegar a las Indias, Hernando de Magallanes, también conocido como Fernando de Magallanes, descubrió para España las costas de la Patagonia y de la Tierra del Fuego, y también navegó las aguas del estrecho que luego recibiría su nombre: Magallanes.
En el invierno de 1520, los hombres bajo el mando de Magallanes tomaron contacto con los tehuelches, que llamaron la atención de los españoles por su elevada estatura, su vestimenta de piel de guanaco y su apariencia desgreñada. Fueron considerados como gigantes y bautizados como patagones, supuestamente a causa de las enormes huellas que dejaban sus pies forrados en pieles de guanaco. La región que habitaban fue nombrada Patagonia.
En su paso por el estrecho, divisaron muchas fogatas hacia el sur durante la noche, por lo que dieron a esa zona el nombre de Tierra del Fuego.
Mientras algunas naves de la expedición exploraban el brazo de mar que se abría hacia el sur, Magallanes avanzó hacia el noroeste y tomó posesión de la tierra en nombre del rey de España, en el puerto de las Sardinas, conocido hoy como Bahía Fortescue. A su salida del estrecho, el océano no presentaba tempestades tan frecuentes, por lo que Magallanes rebautizó el Mar del Sur de Balboa como océano Pacífico.
Magallanes y sus hombres fueron los primeros europeos en llegar a lo que actualmente es Chile y fue el que "abrió" las rutas marítimas entre el océano atlántico y el océano pacifico.
Almagro inició los preparativos de su expedición a Chile con buenos auspicios. Le llegaron noticias de los incas de que la región al sur del Cuzco estaba poblada de oro, por lo que juntó fácilmente 500 españoles para la expedición, muchos de los cuales lo habían acompañado al Perú. Iban también en la expedición unos 100 esclavos negros y unos 1500 peruanos yanaconas para el transporte de las armas, ropas, víveres.
Las noticias que les llegaban de Chile eran absolutamente falsas, pues los incas planeaban una rebelión contra sus dominadores y deseaban que aquel grupo tan numeroso de españoles se alejara de Perú, sabiendo que al sur solo encontrarian indígenas hostiles. Para convencerlos, Almagro le pidió al Inca (rey del imperio) que les preparara el camino junto a tres soldados españoles, el Inca les entregó el más alto jefe religioso del imperio llamado Manco, el Villac-Umu, también a su propio hermano llamado Pablo Inga, y su propia compañía.
Encomendó a Juan de Saavedra que se adelantase con una columna de 100 soldados para que, a la distancia de unas 130 leguas, fundase un pueblo y lo esperase con los alimentos e indios de relevo que pudiera reunir en aquellas comarcas.
"Expedición de Almagro a Chile", pintura de Fray Pedro Subercaseaux.
Almagro salió del Cuzco el 3 de julio de 1535 con 50 hombres y se detuvo en Moina hasta el 20 de ese mes, detenido por el inesperado arresto del Inca Manco Cápac II (jefe religioso del imperio) por Juan Pizarro, acción que le dio problemas.
Dejada atrás Moina, Almagro se encaminó por el camino del Inca, con los 50 hombres de que consistía su columna. Recorrieron el área occidental del lago Titicaca, cruzaron el río Desaguadero y se encontró con Saavedra en un poblado llamado Paria, en que logró reunir a 50 españoles más, que pertenecían al grupo del capitán Gabriel de Rojas, y que decidieron abandonar a su jefe y dirigirse a Chile, se reunió un total de 150 hombres. Permanecieron cerca del lago Augallas todo agosto, en espera del derretimiento de las nieves de la cordillera de los Andes.
Pasado este contratiempo, se dirigieron a Tupiza, donde se encontraron con Pablo Inga y el Villac-Umu, que tenían recolectado oro de los tributos de la región, y con los tres españoles que los acompañaron. Estos tres españoles mientras esperaban a Almagro se habían dedicado al pillaje y asaltaron una caravana que supuestamente provenía de Chile con oro, el cual le fue mostrado a Almagro. Esto renovó los bríos de los expedicionarios haciéndoles olvidar los padecimientos de la marcha. Aquí Almagro realizó una nueva pausa de dos meses en la expedición, esperando que llegasen las tropas. Sin embargo le inquietó una nueva noticia; había arribado a Perú el obispo de Panamá, fray Tomás de Berlanga, que llevaba poderes para dirimir el conflicto de límites entre los conquistadores. Los amigos de Almagro le solicitaron que volviese para defender mejor su causa, pero el adelantado quería ir por la riqueza chilena, por lo que siguió adelante. Otro contratiempo se presentó cuando el Villac-Umu se escapó de la expedición con todos los porteadores y volvió al norte. Pero Almagro y sus hombres siguieron adelante, ya que aún contaban con Pablo Inga. Los españoles tuvieron que tomar porteadores a la fuerza para poder transportar los avituallamientos, esto causó más de un conflicto con los naturales. Incluso hasta el mismo Almagro estuvo a punto de perecer a manos de un indígena que lanzó una flecha y erró dándole al caballo, que cayó encima de Almagro y le causó serias heridas.
Con más dificultades, incluyendo la pérdida de bagaje en manos indígenas, los españoles llegaron finalmente al norte de Salta, en la antigua Chicoana (en los valles Calchaquíes, no la actual Chicoana en el valle de Lerma), el último paso antes de atravesar los Andes. Ya los deshielos habían comenzado y encontraron crecido al río Guachipas y hubo de ser atravesado a pie todo un día con la pérdida de llamas, y la deserción de los porteadores quienes aprovecharon la coyuntura para huir.
Los españoles más algunos yanaconas comenzaron a transmontar las primeras alturas de la cordillera de los Andes.
En su avance por la cordillera, los expedicionarios sufrieron muchas penalidades, ya que caminaban agotados por el frío, el congelamiento de sus manos y pies, y por la dificultad de un suelo lleno de guijarros pequeños, de bordes afilados, que les destruían las suelas de los zapatos y las herraduras a los caballos. El gélido clima de la cordillera mató a gran parte de los indios yanaconas que empezaron a dejar en la ruta como un sendero de muerte, pues no tenían la ropa adecuada y andaban a pie desnudo, y a varios los españoles, cuando se quitaban las botas, se les caían los congelados dedos de los pies.
La tradición dice que fue por el hoy llamado Paso de San Francisco por donde Almagro realizó su triste travesía.
Las penurias aumentaron al internarse por ese paisaje helado, inhóspito y silencioso, llegando incluso a detener el avance por falta de ánimos. El conquistador, preocupado por la suerte de sus hombres, encabezó junto a otros veinte jinetes un grupo de avanzada, que atravesó la cordillera y después de cabalgar tres días enteros, llegaron al valle de Copiapó (en ese entonces Copayapu), recogiendo los víveres que le suministraron los indígenas que envió de inmediato para socorro de sus hombres.
Por fin el resto de la columna llegó a Copayapu (Valle del Copiapó) con 240 españoles, 1500 yanaconas, 150 negros y 112 caballos, entre los negros venía una mujer leal a Almagro llamada Malgarida. Quedaron para pasto de los cóndores 10 españoles, 170 caballos y cientos de indios auxiliares.
Después de la natural recuperación de energías, se dio la orden de reiniciar la marcha hacia el valle de Copiapó, sin embargo le desertaron una multitud de yanaconas que dejaron prácticamente sin sirvientes a los españoles. Almagro endureció la mano e hizo quemar a varios indios culpables de haber matado españoles.
Estos indios habían asesinado a los tres soldados enviados en vanguardia que habían llegado a Chile. Para su escarmiento, Almagro decidió darles un cruel castigo, reuniendo a todos los caciques importantes de la región, enrostrándoles su crimen y condenándoles a morir en la hoguera.
Durante la realización de su castigo le llegaron noticias de los caciques de la región del Aconcagua, que deseaban realizar amistad con los blancos, esto era gracias a un par de españoles renegados de Pizarro que estaban en la región desde antes.
Se trataba de Gonzalo Calvo de Barrientos y Antón Cerrada, quienes en realidad fueron los primeros españoles en descubrir y pisar territorio chileno. Gonzalo Calvo de Barrientos había sido afrentado por Pizarro haciéndole cortar las orejas y para no exhibir su afrenta se internó hacia el sur del valle de Zama, internándose posteriormente hacia el sur. Sería el más leal colaborador de Almagro.
Durante su marcha a esa región, el Adelantado tuvo noticias de un barco, el San Pedro que había recalado en la región, (Los Vilos) dirigido por Ruy Díaz y que venía lleno de ropas, armas y víveres para la expedición.
Al llegar al río Conchalí, en Los Vilos se encontró con el otro español ya mencionado llamado Antón Cerrada quien ya había influenciado a los aborígenes a dar una bienvenida pacífica a la columna de Almagro.
Al llegar al valle del Aconcagua los españoles fueron bien recibidos por los naturales, por los consejos que les entregó Gonzalo Calvo, español radicado hace años en Chile.
Sin embargo, los mismos naturales fueron mal influenciados por el indio Felipillo, intérprete de los conquistadores, de las malas intenciones de estos y su recomendación de atacarlos o huir de ellos.
Los naturales le hicieron caso, no se atrevieron a atacarlos y escaparon durante la noche, realizando igual intento el indio Felipillo y varios yanaconas, tomando el camino del norte, pero este último intento no fructificó. Felipillo fue atrapado y descuartizado con caballos frente al Curaca de la región como escarmiento.
El territorio que el Adelantado esperaba encontrar lleno de riquezas no cumplía ni sus más mínimas expectativas, esto le causó una gran desilusión, por lo que decidió enviar una columna de 70 jinetes y 20 infantes dirigida por Gómez de Alvarado para que explorase el sur del territorio.
Cuando la columna llegó al río Itata, tuvo lugar en Reynogüelén el primer enfrentamiento entre los españoles y los mapuches, en la que la superioridad de las armas y la sorpresa por los caballos permitió una fácil victoria española frente a indios muy guerreros y que se asustaron al ver el hombre montado a caballo como un solo ser. Esto no sería más que una mera escaramuza en la futura y larga Guerra de Arauco que iniciaría
Almagro al tener estas noticias, sopesó la situación y decidió no proseguir hacia el sur.
Sin oro y con tan belicosos naturales, Almagro sólo pensó en regresar al Perú. Entre la alternativa de volver a atravesar la cordillera, o dirigirse por el desierto, se decidió por la segunda opción. En un acto de reconocimiento al sacrificio hecho por sus hombres en la expedición, y que no fueron recompensados con el ilusorio oro de esta región, decidió perdonar las deudas que sus soldados habían contraído con el, destruyendo todas las escrituras que los comprometían.
El camino por el desierto de Atacama fue tan horroroso como la travesía por la cordillera, días quemantes y noches heladas, la hostilidad de los indígenas, sin contar con la escasez de agua y alimento, pero de cualquier forma se le consideró mejor que la travesía por los Andes.
Salieron en grupos pequeños de no más de 10 hombres haciendo jornadas de 20 km cada día. Durante el día se refugiaban bajo la sombra de los tamarugos, en la Pampa del Tamarugal y caminaban de noche.
Para ponerse a cubierto de una sorpresa ya que el Perú ardía en una rebelión general contra Pizarro, Francisco Noguerol de Ulloa se hizo a la mar y desembarcó en el caserío como protección adelantada de los expedicionarios permaneciendo 18 días y luego regresando por tierra a Arequipa en febrero de 1537 con la pérdida consignada de un hombre, Francisco de Valdés que murió ahogado en un río.
Réplica de la nao Victoria de Hernando de Magallanes en la ciudad de Punta Arenas.
En su intento por llegar a las Indias, Hernando de Magallanes, también conocido como Fernando de Magallanes, descubrió para España las costas de la Patagonia y de la Tierra del Fuego, y también navegó las aguas del estrecho que luego recibiría su nombre: Magallanes.
En el invierno de 1520, los hombres bajo el mando de Magallanes tomaron contacto con los tehuelches, que llamaron la atención de los españoles por su elevada estatura, su vestimenta de piel de guanaco y su apariencia desgreñada. Fueron considerados como gigantes y bautizados como patagones, supuestamente a causa de las enormes huellas que dejaban sus pies forrados en pieles de guanaco. La región que habitaban fue nombrada Patagonia.
En su paso por el estrecho, divisaron muchas fogatas hacia el sur durante la noche, por lo que dieron a esa zona el nombre de Tierra del Fuego.
Mientras algunas naves de la expedición exploraban el brazo de mar que se abría hacia el sur, Magallanes avanzó hacia el noroeste y tomó posesión de la tierra en nombre del rey de España, en el puerto de las Sardinas, conocido hoy como Bahía Fortescue. A su salida del estrecho, el océano no presentaba tempestades tan frecuentes, por lo que Magallanes rebautizó el Mar del Sur de Balboa como océano Pacífico.
Magallanes y sus hombres fueron los primeros europeos en llegar a lo que actualmente es Chile y fue el que "abrió" las rutas marítimas entre el océano atlántico y el océano pacifico.
Almagro inició los preparativos de su expedición a Chile con buenos auspicios. Le llegaron noticias de los incas de que la región al sur del Cuzco estaba poblada de oro, por lo que juntó fácilmente 500 españoles para la expedición, muchos de los cuales lo habían acompañado al Perú. Iban también en la expedición unos 100 esclavos negros y unos 1500 peruanos yanaconas para el transporte de las armas, ropas, víveres.
Las noticias que les llegaban de Chile eran absolutamente falsas, pues los incas planeaban una rebelión contra sus dominadores y deseaban que aquel grupo tan numeroso de españoles se alejara de Perú, sabiendo que al sur solo encontrarian indígenas hostiles. Para convencerlos, Almagro le pidió al Inca (rey del imperio) que les preparara el camino junto a tres soldados españoles, el Inca les entregó el más alto jefe religioso del imperio llamado Manco, el Villac-Umu, también a su propio hermano llamado Pablo Inga, y su propia compañía.
Encomendó a Juan de Saavedra que se adelantase con una columna de 100 soldados para que, a la distancia de unas 130 leguas, fundase un pueblo y lo esperase con los alimentos e indios de relevo que pudiera reunir en aquellas comarcas.
"Expedición de Almagro a Chile", pintura de Fray Pedro Subercaseaux.
Almagro salió del Cuzco el 3 de julio de 1535 con 50 hombres y se detuvo en Moina hasta el 20 de ese mes, detenido por el inesperado arresto del Inca Manco Cápac II (jefe religioso del imperio) por Juan Pizarro, acción que le dio problemas.
Dejada atrás Moina, Almagro se encaminó por el camino del Inca, con los 50 hombres de que consistía su columna. Recorrieron el área occidental del lago Titicaca, cruzaron el río Desaguadero y se encontró con Saavedra en un poblado llamado Paria, en que logró reunir a 50 españoles más, que pertenecían al grupo del capitán Gabriel de Rojas, y que decidieron abandonar a su jefe y dirigirse a Chile, se reunió un total de 150 hombres. Permanecieron cerca del lago Augallas todo agosto, en espera del derretimiento de las nieves de la cordillera de los Andes.
Pasado este contratiempo, se dirigieron a Tupiza, donde se encontraron con Pablo Inga y el Villac-Umu, que tenían recolectado oro de los tributos de la región, y con los tres españoles que los acompañaron. Estos tres españoles mientras esperaban a Almagro se habían dedicado al pillaje y asaltaron una caravana que supuestamente provenía de Chile con oro, el cual le fue mostrado a Almagro. Esto renovó los bríos de los expedicionarios haciéndoles olvidar los padecimientos de la marcha. Aquí Almagro realizó una nueva pausa de dos meses en la expedición, esperando que llegasen las tropas. Sin embargo le inquietó una nueva noticia; había arribado a Perú el obispo de Panamá, fray Tomás de Berlanga, que llevaba poderes para dirimir el conflicto de límites entre los conquistadores. Los amigos de Almagro le solicitaron que volviese para defender mejor su causa, pero el adelantado quería ir por la riqueza chilena, por lo que siguió adelante. Otro contratiempo se presentó cuando el Villac-Umu se escapó de la expedición con todos los porteadores y volvió al norte. Pero Almagro y sus hombres siguieron adelante, ya que aún contaban con Pablo Inga. Los españoles tuvieron que tomar porteadores a la fuerza para poder transportar los avituallamientos, esto causó más de un conflicto con los naturales. Incluso hasta el mismo Almagro estuvo a punto de perecer a manos de un indígena que lanzó una flecha y erró dándole al caballo, que cayó encima de Almagro y le causó serias heridas.
Con más dificultades, incluyendo la pérdida de bagaje en manos indígenas, los españoles llegaron finalmente al norte de Salta, en la antigua Chicoana (en los valles Calchaquíes, no la actual Chicoana en el valle de Lerma), el último paso antes de atravesar los Andes. Ya los deshielos habían comenzado y encontraron crecido al río Guachipas y hubo de ser atravesado a pie todo un día con la pérdida de llamas, y la deserción de los porteadores quienes aprovecharon la coyuntura para huir.
Los españoles más algunos yanaconas comenzaron a transmontar las primeras alturas de la cordillera de los Andes.
En su avance por la cordillera, los expedicionarios sufrieron muchas penalidades, ya que caminaban agotados por el frío, el congelamiento de sus manos y pies, y por la dificultad de un suelo lleno de guijarros pequeños, de bordes afilados, que les destruían las suelas de los zapatos y las herraduras a los caballos. El gélido clima de la cordillera mató a gran parte de los indios yanaconas que empezaron a dejar en la ruta como un sendero de muerte, pues no tenían la ropa adecuada y andaban a pie desnudo, y a varios los españoles, cuando se quitaban las botas, se les caían los congelados dedos de los pies.
La tradición dice que fue por el hoy llamado Paso de San Francisco por donde Almagro realizó su triste travesía.
Las penurias aumentaron al internarse por ese paisaje helado, inhóspito y silencioso, llegando incluso a detener el avance por falta de ánimos. El conquistador, preocupado por la suerte de sus hombres, encabezó junto a otros veinte jinetes un grupo de avanzada, que atravesó la cordillera y después de cabalgar tres días enteros, llegaron al valle de Copiapó (en ese entonces Copayapu), recogiendo los víveres que le suministraron los indígenas que envió de inmediato para socorro de sus hombres.
Por fin el resto de la columna llegó a Copayapu (Valle del Copiapó) con 240 españoles, 1500 yanaconas, 150 negros y 112 caballos, entre los negros venía una mujer leal a Almagro llamada Malgarida. Quedaron para pasto de los cóndores 10 españoles, 170 caballos y cientos de indios auxiliares.
Después de la natural recuperación de energías, se dio la orden de reiniciar la marcha hacia el valle de Copiapó, sin embargo le desertaron una multitud de yanaconas que dejaron prácticamente sin sirvientes a los españoles. Almagro endureció la mano e hizo quemar a varios indios culpables de haber matado españoles.
Estos indios habían asesinado a los tres soldados enviados en vanguardia que habían llegado a Chile. Para su escarmiento, Almagro decidió darles un cruel castigo, reuniendo a todos los caciques importantes de la región, enrostrándoles su crimen y condenándoles a morir en la hoguera.
Durante la realización de su castigo le llegaron noticias de los caciques de la región del Aconcagua, que deseaban realizar amistad con los blancos, esto era gracias a un par de españoles renegados de Pizarro que estaban en la región desde antes.
Se trataba de Gonzalo Calvo de Barrientos y Antón Cerrada, quienes en realidad fueron los primeros españoles en descubrir y pisar territorio chileno. Gonzalo Calvo de Barrientos había sido afrentado por Pizarro haciéndole cortar las orejas y para no exhibir su afrenta se internó hacia el sur del valle de Zama, internándose posteriormente hacia el sur. Sería el más leal colaborador de Almagro.
Durante su marcha a esa región, el Adelantado tuvo noticias de un barco, el San Pedro que había recalado en la región, (Los Vilos) dirigido por Ruy Díaz y que venía lleno de ropas, armas y víveres para la expedición.
Al llegar al río Conchalí, en Los Vilos se encontró con el otro español ya mencionado llamado Antón Cerrada quien ya había influenciado a los aborígenes a dar una bienvenida pacífica a la columna de Almagro.
Al llegar al valle del Aconcagua los españoles fueron bien recibidos por los naturales, por los consejos que les entregó Gonzalo Calvo, español radicado hace años en Chile.
Sin embargo, los mismos naturales fueron mal influenciados por el indio Felipillo, intérprete de los conquistadores, de las malas intenciones de estos y su recomendación de atacarlos o huir de ellos.
Los naturales le hicieron caso, no se atrevieron a atacarlos y escaparon durante la noche, realizando igual intento el indio Felipillo y varios yanaconas, tomando el camino del norte, pero este último intento no fructificó. Felipillo fue atrapado y descuartizado con caballos frente al Curaca de la región como escarmiento.
El territorio que el Adelantado esperaba encontrar lleno de riquezas no cumplía ni sus más mínimas expectativas, esto le causó una gran desilusión, por lo que decidió enviar una columna de 70 jinetes y 20 infantes dirigida por Gómez de Alvarado para que explorase el sur del territorio.
Cuando la columna llegó al río Itata, tuvo lugar en Reynogüelén el primer enfrentamiento entre los españoles y los mapuches, en la que la superioridad de las armas y la sorpresa por los caballos permitió una fácil victoria española frente a indios muy guerreros y que se asustaron al ver el hombre montado a caballo como un solo ser. Esto no sería más que una mera escaramuza en la futura y larga Guerra de Arauco que iniciaría
Almagro al tener estas noticias, sopesó la situación y decidió no proseguir hacia el sur.
Sin oro y con tan belicosos naturales, Almagro sólo pensó en regresar al Perú. Entre la alternativa de volver a atravesar la cordillera, o dirigirse por el desierto, se decidió por la segunda opción. En un acto de reconocimiento al sacrificio hecho por sus hombres en la expedición, y que no fueron recompensados con el ilusorio oro de esta región, decidió perdonar las deudas que sus soldados habían contraído con el, destruyendo todas las escrituras que los comprometían.
El camino por el desierto de Atacama fue tan horroroso como la travesía por la cordillera, días quemantes y noches heladas, la hostilidad de los indígenas, sin contar con la escasez de agua y alimento, pero de cualquier forma se le consideró mejor que la travesía por los Andes.
Salieron en grupos pequeños de no más de 10 hombres haciendo jornadas de 20 km cada día. Durante el día se refugiaban bajo la sombra de los tamarugos, en la Pampa del Tamarugal y caminaban de noche.
Para ponerse a cubierto de una sorpresa ya que el Perú ardía en una rebelión general contra Pizarro, Francisco Noguerol de Ulloa se hizo a la mar y desembarcó en el caserío como protección adelantada de los expedicionarios permaneciendo 18 días y luego regresando por tierra a Arequipa en febrero de 1537 con la pérdida consignada de un hombre, Francisco de Valdés que murió ahogado en un río.
CONQUISTA
La Expedición de Pedro de Valdivia
A pesar de haber acumulado una fortuna significativa por su participación en el Perú, su espíritu intranquilo lo llevó a iniciar un viaje a Chile, para dejar gloria y fama de sí. En abril de 1539, Pizarro le dio autorización como su teniente de gobernador para pasar a conquistar Chile, pero eso no implicaba ayuda monetaria, tenía que procurársela por su cuenta. Se asoció con el comerciante Francisco Martínez Vegaso, con el capitán Alonso de Monroy y así mismo debió celebrar contrato de compañía con Pedro Sánchez de la Hoz, antiguo secretario de Pizarro, que venía de regreso de España con la autorización del rey para explorar las tierras del sur del estrecho de Magallanes y el título de gobernador de las tierras que allí descubriese.
Después de la fracasada expedición de Almagro, nadie quería ir a Chile, considerada una tierra maldita que no ofrecía riquezas, sino sólo sufrimientos. Consiguió solo once soldados para su hueste, más una mujer, Inés Suárez, y unos mil indios auxiliares. A lo largo del camino se le unirían más expedicionarios, como Francisco de Villagra y Francisco de Aguirre que junto a sus hombres incrementaron las huestes de Valdivia.
Al contrario de Diego de Almagro, tomó la ruta por el desierto de Atacama. Sánchez de la Hoz, que se había quedado en el Perú tratando de conseguir refuerzos pactados, lo que no consiguió llenándose de deudas, llegó al campamento de Valdivia por la noche y lo intentó asesinar para usurpar la jefatura de la hueste.
Pero Valdivia se encontraba ausente, y a su regreso perdona a Sánchez de la Hoz y destierra a tres de sus cómplices, obteniendo a cambio la renuncia de este a todo derecho de expedición y conquista.
Al llegar al valle de Copiapó, toma solemne posesión en nombre del rey de España de esta tierra y la nombra Nueva Extremadura, en recuerdo a su tierra natal. Renueva la marcha hacia el valle del Aconcagua, donde el cacique Michimalonko intentó detenerlo sin éxito. El 12 de febrero de 1541, echó las bases de la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo a los pies del cerro Santa Lucía (Huelén en mapudungún) y encerrada entre los brazos del Mapocho. Trazó la ciudad en forma de damero, dentro de la isla fluvial dividen todo el terreno en manzanas, que se partieron a la vez en cuatro solares que se asignaron a los primeros vecinos. Al trazado y formación de la ciudad le siguió la creación del primer cabildo, organismo que ordenaba la vida pública en aquel entonces, importando el sistema jurídico e institucional español.
Comenzó a correr la voz de que los almagristas habían matado a Pizarro. De ser cierta la noticia, los poderes de teniente gobernador de Valdivia quedaban caducados. Podría entonces venir otra persona del Perú a tomar mando de la naciente colonia y quedar en el olvido, entregándole las encomiendas de indios a advenedizos.
El cabildo consideró estos puntos resolvieron entregar a Valdivia el título de Gobernador y Capitán General en nombre del rey, que este rechazó inicialmente por motivos estratégicos de no quedar como traidor ante Pizarro por si seguía vivo, pero ante la amenaza de entregárselo a alguien más, aceptó el título, el 11 de junio de 1541, siendo entonces el primer Gobernador de Chile.
Valdivia organiza el primer reparto de encomiendas de indios entre los vecinos de Santiago. A pesar de que Chile no era rico en recursos minerales como el Perú, y no tenía una mano de obra indígena tan eficaz, se destinaron estos indios a atender las faenas del campo, a la construcción de casas y por sobre todo a los lavaderos de oro. Los primeros tiempos fueron duros, especialmente después del ataque del cacique Michimalonco, el 11 de septiembre de 1541, sobre la naciente ciudad, reduciéndola a un montón de escombros a causa de los incendios. Los indígenas aprovecharon la ocasión en que Valdivia y un grupo de conquistadores exploraban fuera de la ciudad para atacar. Quienes defendieron la ciudad en su momento dieron dura batalla y el resultado no fue peor gracias a la ayuda de Doña Inés de Suárez quien decidió darles muerte a los caciques prisioneros y lanzar sus cabezas a los atacantes sobre las empaladizas que rodeaban la ciudad.
Las hostilidades de los ataques se detuvieron, pero la ciudad casi destruida cayó en la miseria por lo que, para poder salvar la conquista de Chile, Valdivia mandó por auxilios al Perú a Alonso Monroy que sólo pudo regresar con la ayuda encomendada a fines de 1543, casi tres años después de la destrucción de la ciudad.
Valdivia Inició diversas obras de avance, entre las que se destaca la fundación de otras ciudades, comenzando por La Serena (1544). Luego Valdivia emprendió una campaña hacia el inexplorado sur, llegando a las márgenes del río Bío-Bío, iniciando la guerra contra el pueblo Mapuche o Guerra de Arauco, la que es relatada por Alonso de Ercilla en su obra La Araucana (1576). Militarmente obtuvo importantes triunfos, como la batalla de Andalién y la batalla de Penco (1550). Estas grandes victorias permitieron a Valdivia establecer ciudades en territorios indígenas, como Concepción (1550), La Imperial, Valdivia (1552), Villarrica (1552), y Los Confines (1553). Ese mismo año la rebelión mapuche liderada por Lautaro en una trascendental batalla acabó con la vida de Valdivia en Tucapel en 1553.
Hurtado de Mendoza, Villagra y Quiroga según ilustración de Alonso de Ovalle.
En el testamento de Valdivia, que sólo se debía abrir a su muerte, nombraba gobernador de Chile en primer lugar a Jerónimo de Alderete, en segundo a Francisco de Aguirre y por último a Francisco de Villagra. Alderete se encontraba en España negociando el reconocimiento del cargo de Valdivia por el rey, Aguirre en la conquista de Tucumán y Villagra en las ciudades del sur (Concepción, La Imperial y Valdivia). Las ciudades del sur proclamaron entonces a Villagra como gobernador. No pasó lo mismo en Santiago en donde no se respetó el testamento de Valdivia y el Cabildo proclamó gobernador a Rodrigo de Quiroga.
Villagra intentó detener la rebelión indígena, que tenía como cabeza a Lautaro, pero al enfrentarse en la batalla de Marigueñu (26 de febrero) sufrió una terrible derrota, a consecuencia de la cual, resultó con la mitad de sus soldados muertos y sufriendo el despoblamiento y la destrucción de Concepción.
Llegado Villagra a Santiago para arreglar su situación, se obligó a Quiroga a dejar el mando. Pero el hijo de Aguirre le comunicó a su padre los acontecimientos y su designación del segundo lugar en el testamento, por lo que regresó a Chile y se entabló una pelea entre los dos capitanes, del que salió mejor parado Villagra, producto que su rival tenía apoyo solo en el norte de la gobernación (La Serena y Tucumán), mientras Villagra contaba con el apoyo de los habitantes de las ciudades del sur, muchos de ellos habitando en Santiago luego del despoblamiento de Concepción.
Para dirimir esta situación el Cabildo de Santiago somete la situación al fallo arbitral de los dos letrados que habitan en Santiago, los licenciados Alonso de las Peñas y Julián Gutiérrez de Altamirano. Si bien Villagra aceptó someterse al fallo de los letrados, Aguirre los rechazó al desconfiar de las decisiones que se tomaran en Santiago.
Los letrados viajaron a Valparaíso a dictar su falla, la sentencia llegó a Santiago el 3 de octubre y fue leída en la plaza de armas la mañana siguiente. En ella se disponía que Villagrá partiese inmediatamente a socorrer las ciudades de la Imperial y Valdivia y que si en el plazo de siete meses no llegaba de la Audiencia el nombre del nuevo mandatarío se reconociese a Villagra como Gobernador.
La guerra de Arauco seguía su rumbo, y Lautaro vuelve a vencer a los españoles en Angol y en la refundada Concepción. Villagra cumpliendo el fallo de los letrados marcha al sur, y logra introducirse con sus hombres por sorpresa en el campamento mapuche, matando a Lautaro y venciendo a los araucanos en la Batalla de Mataquito (1 de abril de 1557).
Cuando se cumplieron los siete meses que los letrados habían dado como plazo a la Audiencia, Villagra vuelve a Santiago donde es nombrado Gobernador, una vez con el título decide viajar a La Serena a hacer valer su título frente a Aguirre, pero este al enterarse que Villagra viene en camino viaja a Copiapó para evitarlo. En Copiapó Aguirre recibe noticias desde el norte, había llegado un nuevo virrey al Perú y se había nombrado un nuevo Gobernador para Chile ; se trataba de García Hurtado de Mendoza.
García Hurtado de Mendoza, gobernador de Chile y posteriormente virrey del Perú.
Francisco de Aguirre le recibió muy hospitalariamente en La Serena, pero conociendo el nuevo gobernador los problemas entre Aguirre y Francisco de Villagra por la gobernación de Chile, no dudó un segundo en tomarlo preso, repitiéndose la misma situación con Villagra.
Se dirigió de inmediato a tierra araucana, levantando el fuerte San Luis de Toledo, el que fue prontamente atacado por los mapuches, los que sin embargo, salieron derrotados, ya que el gobernador logró contrarrestar su número con la fuerza de los cañones y arcabuces.
Dirigió una nueva campaña en octubre de 1557, con un poderoso ejército de más de 500 hombres y miles de indios auxiliares. Ocurrió en esta campaña la Batalla de Lagunillas (7 de noviembre), en donde los españoles salvaron vivos principalmente a la valentía demostrada por Rodrigo de Quiroga y los demás capitanes.
Cuenta Alonso de Ercilla, que vino a Chile en el grupo que trajo el gobernador, que los españoles tomaron prisionero en esa batalla al cacique Galvarino, al que le cortaron la mano izquierda. Perdida esa mano sin ninguna mueca de dolor Galvarino colocó la otra, que también se la cortaron. Pidió la muerte, pero los conquistadores lo dejaron ir y se fue el araucano con los suyos para planear su venganza.
Entre los líderes mapuches que se encontraban se destacaba Caupolicán, que dirigió el 30 de noviembre un nuevo ataque contra el invasor, en la llamada Batalla de Millarapue, en el valle del mismo nombre, que estaba lleno de accidentes que le facilitaban el ataque sorpresa. Esta batalla fue otra derrota mapuche, que recibieron como castigo el ahorcamiento de 30 de ellos, en los que se incluía Galvarino, que peleó siempre en primera fila.
Las penalidades de la lucha empezaron a molestar a los compañeros de García Hurtado de Mendoza, los cuales esperaban obtener riquezas por sus servicios. Para entregárselas, el gobernador dejó vacantes las encomiendas de Concepción, ciudad a la sazón abandonada, entregándosela a sus compañeros. Por este motivo, la ciudad fue refundada por tercera ocasión.
Poco después fundó también la ciudad de Cañete de la Frontera, y repuestas sus tropas de las batallas, las dividió nuevamente. Caupolicán, instigado por el indio Andresillo, se decidió a atacar el fuerte Tucapel. Lo que no sabía era que Andresillo era un traidor que les contó los pormenores del ataque a los españoles, por lo que los asaltantes se transformaron en asaltados, produciéndose una fuga en que dejaron a muchos heridos y prisioneros, y debilitaron gravemente sus fuerzas.
La moral de los españoles subió y en un asalto sorpresa al campamento de Caupolicán, lograron darle captura. El jefe mapuche, llevado al fuerte Tucapel, intento pactar con los españoles, prometió convertirse al cristianismo, pero Reinoso, el jefe del fuerte, decidió condenarlo a muerte empalado, es decir, a sentarse en una pica que le destruiría dolorosamente las entrañas. Aquella condena se cumplió, y aquel fue el final de Caupolicán.
Una nueva batalla le prestaron los indígenas en el fuerte de Quiapo, entre Cañete y Concepción, pero fueron nuevamente rechazados. Confiado en que para apurar la conquista era necesario fundar varios fuertes, fundó uno con el nombre de Los Infante o San Andrés de Angol.
Tiempo después se enteró de que su padre el virrey había sido reemplazado por el rey, y que su reemplazo ya se encontraba en camino. Para peor, designaron gobernador de Chile a Francisco de Villagra, del que debía esperar las mismas humillaciones que le hizo sufrir. Por esos motivos decidió abandonar Chile, pasando de paso por Santiago, que no había visitado durante toda su gobernación. Allí se enteró de la muerte del sucesor de su padre, por lo que este seguía en el mando, eso le entregó más confianza, por lo que se mantuvo un tiempo más en la capital.
Durante su estancia en Santiago se publicó la tasa de Santillán, que establecía el sistema de mita para el trabajo indígena, que en vez de echar al trabajo a todos los indios de un repartimiento, se fijaba un turno en el servicio, quedando obligado el cacique de cada tribu a enviar a la faena un hombre de cada seis vasallos para la explotación de las minas, y uno de cada cinco para los trabajos agrícolas. Este trabajador, a quien hasta entonces no se le había pagado salario alguno, debía ser remunerado con la sexta parte del producto de su trabajo, y esta cuota se le debía pagar regularmente al fin de cada mes. Se eximía además del trabajo a las mujeres y hombres menores de 18 años y mayores de 50, y se ordenaba que los indígenas fueran mantenidos por los encomenderos, quienes además debían mantenerlos sanos y evangelizados.
Una nueva noticia cambiaría su rumbo, su padre acababa de morir. Decidió partir inmediatamente al Perú, designando como gobernador interino a Quiroga, a la espera de Villagra.1583 Luego Branco fue el nuevo gobernador de Santiago debido a la muerte del anterior y Lyon traiciona a Branco para poder llegar al poder y mandar Santiago
El nuevo gobierno de Francisco de Villagra se inició con una demostración de su eterna mala estrella, ya que el barco en que venía trajo la viruela a Chile, brotando una desastrosa epidemia en Valparaíso y Santiago, pero que también afectó con aún mayor gravedad a los mapuches y perdieron entre la quinta y cuarta parte de su población.
Al iniciar su mandato reorganizó la reglamentación del trabajo en las minas y anulo las encomiendas que García Hurtado de Mendoza había entregado a sus amigos y compañeros, lo que le origino nuevas protestas.
Organizó una nueva expedición, pero su cuerpo cansado de tanto batallar, cayo irremediablemente enfermo, teniendo que ser trasladado en camilla a los sitios de batalla. Sufrió en esta guerra además la muerte de su hijo Pedro de Villagra el mozo, lo cual empeoró su condición mental y física.
Designó para la continuación de la campaña a su primo Pedro de Villagra, dándole posteriormente también el título de gobernador interino, gracias a una facultad entregada por el virrey.
Pedro de Villagra era ya de facto el gobernante, por lo que la guerra no cambio de curso. Se obtuvieron resonantes victorias en Angol, derrotando finalmente a las fuerzas lideradas por el cacique Loble, en 1564. Posteriormente encabezó una nueva campaña en el sur, resultando victorioso contra los mapuches en las batallas de Reinohuelén y Tolmillán.
La muerte del virrey del Perú empeoró su situación como gobernador, siendo reemplazado por Rodrigo de Quiroga.
Este gobierno duró hasta 1567, estuvo marcado por los constantes enfrentamientos con los indígenas, de los que salió victorioso. Emprendió una nueva campaña, organizada por Lorenzo Bernal del Mercado.. Reconstruyó Cañete y repobló Arauco, y conquistó la isla de Chiloé, con la fundación de Castro y pacificación de los dóciles Cuncos de esa isla.
Pese a esos triunfos (que mostrarían ser muy poco eficaces en el futuro cercano), la corte no reconoció sus méritos y al regresar a la capital supo del nombramiento de la Real Audiencia en Chile, que debía dirigir los destinos del país.
El gobierno de la Real Audiencia había caído en completo descrédito en poco tiempo, y la corte misma reconoció su error, por lo que designó al presidente de esta, Melchor Bravo de Saravia, como gobernador de Chile. Se dirigió al sur para actuar en la Guerra de Arauco, consiguiendo sólo una nueva derrota en el asalto al fuerte mapuche de Mareguano, por el que debieron ser evacuadas Arauco y Cañete. Agotado, delegó en el general Lorenzo Bernal del Mercado la contención de los mapuches, dedicándose a la administración civil.
Su labor administrativa se vio perjudicada por los gastos bélicos en el sur así como por el terremoto que asoló Concepción en 1570, por el que todas las casas de esa ciudad fueron destruidas, si bien no hubo muertos, a pesar incluso de que después se produjo un ataque indígena.
Al término de su mandato, en el que además fue iniciada la construcción de la iglesia de San Francisco en Santiago y se creó el obispado de Concepción, fue reemplazado por Rodrigo de Quiroga (1575).
La segunda administración de Quiroga fue más conflictiva que la primera. A la guerra se le sumaron incursiones piratas, los dos terremotos de 1575, el conflicto con el obispo San Miguel en el nombramiento de cargos eclesiásticos y la rebaja de sueldo a los curas, lo que le valió amenazas de excomunión.
España prometió enviarle 500 refuerzos para acabar definitivamente con la guerra, pero solo llegaron 300, de una calidad muy inferior a la esperada y prácticamente sin equipo. Sobreponiéndose a estas dificultades y a su enfermedad (debía ser trasladado en silla en el campo de batalla), realizó una nueva campaña en contra de los mapuches, dirigidos en esta ocasión por el mestizo Alonso Díaz.
La Campaña tuvo éxitos relativos, que le permitieron afrontar otra amenaza, la aparición de sir Francis Drake en las costas de Chile, que saqueó el puerto de Valparaíso, pero cuando intentó repetir su acción en La Serena, se encontró con la resistencia armada de los habitantes, que destrozaron a uno de sus hombres.
El 16 de diciembre de 1575 ocurrió un terremoto que arruinó las ciudades de La Imperial, Ciudad Rica (Villarrica), Osorno, Castro y Valdivia. El sismo derribó un cerro, a la salida del lago Riñihue, tapando el desagüe y que al acumularse gran cantidad de agua se desbordó y causó otro desastre.
Su grave enfermedad y su edad (se acercaba a los 80 años) le impidieron continuar dirigiendo la guerra, encomendándosela a su yerno Martín Ruiz de Gamboa.
Apenas falleció Quiroga, el 25 de febrero de 1580, el cabildo de Santiago envió mensajeros a comunicar a Martín Ruiz de Gamboa este hecho, y a pedirle que se trasladase a la capital para recibirse del mando. Juró el 8 de marzo de 1580.
Pidió la ratificación de su mando del virrey del Perú y del rey. El virrey se demoró más de un año en confirmar a Gamboa en el alto cargo que poseía, firmando la rectificación el 24 de abril de 1571, mientras que el rey, al conocer la noticia, adoptaría una posición diferente.
Para asegurarse su elección como gobernador en propiedad, Gamboa pensó que cumpliendo el deseo del rey de proteger a los indígenas de los abusos lograría su cometido. Para eso reemplazo la tasa de Santillán, que en la práctica nunca fue cumplida, por una nueva, conocida hasta ahora como la taza de Gamboa. Esta reemplaza el servicio personal por un tributo. Los indios de repartimiento quedaban obligados a pagar un tributo pecuniario de nueve pesos anuales en el obispado de Santiago y de siete en el de La Imperial. Se creaba el cargos de corregidores de indios, funcionarios encargados de velar por de estas leyes y la protección de los indios. Esos funcionarios debían ser gratificados con una porción del tributo que pagasen los indios, pero la mayor parte de este tributo formaba la renta de los encomenderos.
La medida provocó crecientes enfrentamientos entre los encomenderos, pues quedarían en la más miserable pobreza, pues estaban seguros (y así ocurrió) que los indígenas no pagarían los nuevos tributos y se dedicarían al ocio.
Ganándose con esto muchos enemigos, estos se dedicaron a llevar los rumores al virrey, que cada día se empezaba a hacer una imagen más negativa de Gamboa.
Entretanto, tiene que enfrentar la rebeldía de su teniente de gobernador Lope de Azócar, quien opuso resistencias a la administración de Ruiz de Gamboa. Pero el gobernador logra el control de la situación, lo apresa y lo envía fuera de Chile.
Los últimos años de su mandato, entre 1581 y 1583, estuvo en el sur del país, enfrentado de manera permanente a los indígenas. Durante la campaña fundo la ciudad de San Bartolomé de Gamboa, nombre que no prosperaría y que seria conocida para la posteridad como Chillán. La situación de la Guerra durante su mandato solo empeoró, ya que a la rebelión mapuche se le sumo la de los huilliches, que anteriormente no se habían mostrado agresivos, y la de los picunches en Chillán.
Había mandado a pedir refuerzos desde España y Perú, los que efectivamente llegaron (aunque hubo muchas deserciones en el viaje), pero al mando de Alonso de Sotomayor, su sucesor designado por el rey.
Alonso de Sotomayor llegó a Chile en 1583, contando además con el cargo de juez de residencia por lo que tuvo que hacerse cargo de las innumerables acusaciones al gobernador cesante, Martín Ruiz de Gamboa, que se había vuelto muy impopular por su tasa indígena que prohibía el trabajo personal de los indios.
Sotomayor lo tuvo que detener en las casas del cabildo de Santiago, de donde se le dejó salir con fianza de carcelería, pero luego le libero totalmente con su absolución
Con estos antecedentes, su primera decisión fue el restablecimiento sistema de servicio personal de los indios, derogando la Tasa de Gamboa y reimplantando la Tasa de Santillán, aunque humanizándolo para evitar los excesos que eran víctima los indios de sus encomenderos.
Entre sus primeras acciones se destaca el restablecimiento del sistema de servicio personal de los indios, derogando la Tasa de Gamboa y reimplantando la Tasa de Santillán, aunque humanizándolo para evitar los excesos que eran víctima los indios de sus encomenderos.
Sotomayor quería desarrollar la conquista de Chile con el estilo de Pedro de Valdivia, es decir, construyendo fuertes que se protegieran entre sí y a las ciudades, idea que no logró realizar, pues necesitaba para ello un ejército profesional, petición no satisfecha por las autoridades hispanas por la escasez de recursos con que contaba la Corona.
Realizó por entonces varias campañas contra los mapuches. Logró capturar al mestizo Alonso Díaz, que dirigía desde hacia algunos años. Envió a su hermano Luis a realizar una campaña en las inmediaciones de Valdivia, y logró rechazar a los mapuches en un ataque sorpresa que les realizaron en Angol (16 de enero de 1585)
En ese año Sotomayor comenzó a poner en ejecución su plan con los escasos hombres que tenía. Mando a construir en el lugar denominado Millapoa, un fuerte en cada una de las riberas del río Biobío, con el objeto de cortar las comunicaciones entre mapuches e indios del norte. Levanta otro fuerte en Purén, donde colocó también un pequeño destacamento. El Gobernador esperaba establecer en breve un pueblo en cada uno de esos lugares, persuadido de que éste era el medio más eficaz de reducir esas tribus, y de que los refuerzos que le llegarían sería suficiente para la conquista definitiva de Chile.
Mas todas estas acciones no debilitaban realmente a los mapuches, pues la captura de Díaz nada cambio y los fuertes no produjeron el efecto deseado. En cambio los araucanos se mostraban cada día más diestros en el manejo de las armas y los caballos españoles, siendo su único límite el arcabuz, pues aún no sabían manejarlo y la falta de pólvora se los hubiera impedido de todos modos.
Entre los problemas que debió enfrentar destacan los ataques de corsarios ingleses, destacándose entre ellos Thomas Cavendish, quien fondeaba el 9 de abril de 1587 en Quintero, en el que sus hombres fueron derrotados por fuerzas españolas, perdiendo 10 de sus hombres. Además de los mapuches tuvo que enfrentar dos sublevaciones de los soldados del sur, motivadas por las penurias que sufrían, pues deseaban ser pagados con sueldo y ya no con encomiendas.
Alarmado por esta situación y por los pocos esfuerzos enviados, se dirigió el 30 de julio de 1592 al Perú, con esperanzas de obtener hombres que le permitiesen realizar una campaña eficaz contra los araucanos. Dejó en el mando al licenciado Pedro de Viscarra, letrado anciano y circunspecto, que cerca de dos años antes había llegado de España con el título de teniente de gobernador y justicia mayor del reino de Chile.
Desembarco en el Callao en agosto de 1592, donde se enteró que el rey había designado a un nuevo gobernador de Chile, Martín García Óñez de Loyola.
Óñez de Loyola llegó a Chile el 23 de septiembre de ese año, determinado a pacificar Arauco, por lo que se dirigió de inmediato a Concepción, a la cabeza de ciento diez hombres que logró reunir en la capital (febrero de 1593). Con tan escasos recursos que disponía en el reino, Óñez de Loyola se da cuenta de que sin refuerzos no lograría su objetivo, por lo que pidió refuerzos al Perú pues en su actual campaña se mantenía con solo poco más de 200.
La aparición del pirata holandés Richard Hawkins, que encendió la alarma en el Perú, retrasó el envió de refuerzos (se decía que eran necesarios para la defensa del Perú). Hawkins en sus correrías también atacó el puerto de Valparaíso, pero como el botín era muy pobre, en un acto caballeresco, devolvió los artículos que no le servían y dejó en libertad a los marineros apresados.
El gobernador no recibía los hombres solicitados, pero si les llegaron dos órdenes religiosas, los padres agustinos y los jesuitas, estos últimos tendrían una gran importancia en los futuros sucesos ocurridos durante la colonia en Chile hasta su expulsión.
El Gobernador decidió no esperar más, y en 1594 inicio las campañas del sur con el reducido contingente con el que contaba. Tres años después llegó un refuerzo de ciento cuarenta hombres, pero no bastan, a lo que se suma la negativa de Santiago de enviar más hombres. Los pocos refuerzos no eran culpa del virrey, que ofrecía generosas ofertas para unirse al ejército, sino porque el nombre de Chile estaba tan manchado por esa guerra interminable, que nadie deseaba arriesgar su vida yendo a ese infierno.
Se encontraba en La Imperial cuando le llegó la noticia de que ya habían recomenzado sus correrías, por lo que partió el 21 de diciembre de 1598 con 50 hombres al lugar. En el segundo día de marcha encontraron un sitio llamado Curalaba (la piedra partida), a orillas del río Lumaco, encajonado allí por altas barracas, donde descansaron sin tomar siquiera ninguna medida de precaución para evitar un ataque. En la noche del 23 al 24 los indígenas se acercaron al campamento, y al trueno de sus gritos y cuernos se lanzaron al ataque de los españoles.
Óñez de Loyola, y dos de sus soldados que estaban a su lado, hicieron prodigios de valor, pero sucumbieron traspasados por las picas de los indios. En la refriega murieron casi todos los españoles, con excepción del clérigo Bartolomé Pérez, hecho prisionero, Bernardo de Pereda, soldado que quedó tirado en el campo de batalla con 23 heridas en el cuerpo pero aún vivo. Las fuentes históricas chilenas denominan a este suceso el "desastre de Curalaba", por su parte autores modernos cercanos al movimiento mapuche lo llaman "victoria de Curalaba"
Los mapuches iniciaron entonces un levantamiento general que terminó finalmente con la destrucción de las siete ciudades al sur del río Biobío, con excepción de Castro. De ahora en adelante los españoles paralizaron su expansión hacia el sur y los territorios que controlaban quedaron divididos, al tener su territorio norte (la Capitanía General de Chile) como frontera sur el río Biobío, y su territorio sur (Chiloé) como frontera norte la ribera del canal de Chacao (exceptuando la posterior recuperación del territorio y ciudad de Valdivia en 1645, y la recuperación a fines de la colonia de los territorios al sur de esta ciudad, como la ciudad de Osorno).
LA COLONIA
El Chile colonial (o simplemente como La Colonia) es el nombre dado al período de la historia de Chile comprendido entre los años 1598 y 1810. El periodo abarca el desarrollo del Reino de Chile, territorio bajo soberanía del Imperio Español, después del llamado desastre de Curalaba que marcó el fin del período de la Conquista de Chile. La época colonial terminó en 1810 con la instalación de la Primera Junta de Gobierno de Chile, presidida por Mateo de Toro y Zambrano, dando paso al proceso de independencia de Chile.
En este periodo se formó un gran sincretismo racial y cultural, que se originó con la convivencia de españoles e indígenas. Esta época se caracterizó por la creación de una organización institucional muy compleja, el mestizaje y el sincretismo cultural que darían origen a la sociedad chilena como tal.
Administración colonial
Desde España el máximo soberano de las colonias era el rey, la cabeza de una monarquía absoluta, bajo su mando habían dos formas administrativas: el Consejo de Indias y la Casa de Contratación. El Consejo de Indias era un organismo ubicado en Sevilla, creado en 1524. Su función era asesorar al rey en el nombramiento de funcionarios destinados a América y en la creación de leyes; vigilar la aplicación del derecho a patronato (derechos de la Iglesia Católica para el nombramiento de autoridades eclesiásticas y definir lugares para construir templos, monasterios, etc.) y realizar juicios de residencia (evaluación al terminar su mandato). La Casa de Contratación fue creada el año 1503 en Sevilla. Se encargaba supervisar el monopolio comercial que España tenía sobre Chile y sus otras colonias, además de vigilar la llegada de colonos a América.
En América el máximo representante del rey era el virrey, quien tenía atribuciones judiciales y administrativas. Bajo su mandato, en su caso, estaban los gobernadores y capitanes generales. La Capitanía General de Chile estaba dirigida por el gobernador y capitán general, quien se mantuvo durante gran parte del periodo bajo supervigilancia –superior gobierno del virrey del Perú, tenía funciones gubernativas, militares y económicas. Su deber era velar por la seguridad del territorio y ejercer el vicepatronado (ejercía el real patronato en situaciones más cotidianas). También se encargaba de presidir la Real Audiencia, máximo tribunal de justicia en territorio chileno, integrado por cuatro jueces u oidores, que actuaba como órgano asesor del gobernador, y que asimismo ejerció su cargo en caso de vacancia. Además, por la división del territorio en provincias, había un número plural de corregidores, que tenían similares atribuciones que el gobernador pero en un territorio más reducido, actuando como teniente de gobernador y capitán a guerra. Y por último estaba el cabildo, organismo que representaba y defendía los intereses de los vecinos españoles.
Cambios políticos del siglo XVIII
En el siglo XVIII España cambió de casa dinástica, siendo los Habsburgos reinantes, reemplazados por los Borbones. Ellos hicieron muchos cambios para intentar mejorar el sistema colonial, basados en el despotismo ilustrado, los cuales podemos clasificar en:
Económicos: Para el buen funcionamiento del monopolio comercial se necesitaba terminar con el contrabando, por lo que los Borbones abren más puertos, como el de Valparaíso y Talcahuano, aumentando la variedad de productos y permitiendo el comercio entre colonias, antes prohibido.
Administrativos: Para hacer más eficiente el gobierno, los Borbones deciden crear unidades políticas y administrativas más pequeñas. Surgen las intendencias, división de las capitanías generales, entre ellas la Concepción y la Santiago. Además, con el mismo fin se fundan ciudades como Los Andes y San Felipe.
Importantes gobernadores
En el siglo XVIII Chile tuvo importantes gobernadores, muchos de los cuales llegaron a ser virreyes de Perú. Por ejemplo, el irlandés Ambrosio O'Higgins. Padre de Bernardo Ohiggins Riquelme, apodado "padre de la patria"
Estructura social
Chilenos durante el período colonial (1685).
Paisaje de la campiña Chilena en un grabado de 1744 publicado en la obra Relación histórica del viaje a la América meridional Tomo II de Jorge Juan y Antonio de Ulloa.
A la cabeza de la rígida estructura social estaban los españoles, grupo minoritario de la sociedad colonial, pero dominante de la aristocracia. Ellos ocupaban importantes cargos públicos y del ejército. Sus descendientes en estado puro o casi puro (y legítimos) se llamaban criollos, también, gran parte de ellos, de la aristocracia. Estos eran los dueños de las tierras y dominaban la mayoría de las actividades productivas. Algunos integrantes de este grupo con fuerte poder socio-económico, pero no político, lograban ocupar cargos públicos, pero de mediana o poca importancia. Al terminar el período de la Colonia, la mayor parte de este grupo era de origen septentrional (castellano y vasco principalmente). Debajo de esta aristocracia (de origen español septentrional) se encontraba una incipiente "clase media", principalmente de origen español meridional (andaluz y extremeño principalmente). El grueso de la población colonial eran mestizos, nacidos de relaciones español-indígena o criollo-indígena, aunque al avanzar el período colonial, y con la extinción de los indígenas en las áreas bajo dominio español, sigue su curso el proceso de mestizaje, esta vez entre blancos y mestizos (aumentando así el porcentaje de sangre española en la población que habitaba estas áreas). Los mestizos trabajaban en diversas labores, como artesanos, militares de bajo rango, pequeños comerciantes, etc., aunque principalmente en la agricultura (como mano de obra, a través del "inquilinaje", institución que a su vez reemplazó a las "encomiendas" debido a la extinción de los indios en las áreas bajo dominio español). Por la inexistencia de una legislación que los protegiera, a pesar de ser libres, eran fuertemente discriminados, por lo que no participaban en actividades políticas ni administrativas. Los indígenas, denominados "indios" (también llamados "naturales") eran considerados menores de edad, por lo que existía una legislación que, a diferencia del grupo anterior, los protegía. Pero a pesar de eso no fueron muy respetados ni tuvieron derecho a participación política. Al llegar el siglo XVIII se produjo su extinción en las áreas bajo dominio español. El único grupo en la escala social que estaba más abajo que ellos, pero en presencia muy reducida, eran los esclavos negros, quienes se encargaban de los trabajos domésticos. Al terminar el período colonial, los negros en estado puro o casi puro representaban un pequeñísimo porcentaje de la población{Sergio villalobos - Historia del Pueblo Chileno}, no así los "pardos" (mulatos y zambos).
Economía colonial
Peón y Capataz, de Atlas de la historia física y política de Chile.(1854)
En los inicios de la colonia, en el siglo XVI la economía se basaba en la Encomienda. Este sistema consistía en que a un encomendero se le asignaban un grupo de indígenas que trabajaban para él y defendían el territorio de la Corona. A cambio, el encomendero les daba protección, evangelización, vestuario y alimento. Por la progresiva disminución de indígenas este sistema ya no era sustentable, por lo que la Hacienda, en el siglo XVII, se transforma en la base de la economía rural. Estos grandes terrenos, en que se realizaban actividades agropecuarias, tenían talleres para la fabricación de los elementos que necesitaban, por lo que la hacienda era capaz de autoabastecerse. El hacendado, generalmente criollo, estaba a cargo de su hacienda. Él se encargaba de contratar inquilinos y peones como mano de obra. Los primeros trabajaban en faenas productivas y protegían los límites del territorio, a cambio, recibían una tierra para vivir, cultivar y criar ganado. Los segundos, solían vagabundear por los campos, buscando trabajo en las haciendas durante los tiempos de cosecha.
En el siglo XVI el mercantilismo, sistema económico optado por la Corona, fomentó la Minería, específicamente, la obtención de metales, para poder enriquecer a la Metrópolis. Se encontraron numerosos lavaderos de oro en diferentes para fabricar monedas, vajillas, joyas, cañones, campanas y utensilios domésticos. Además de oro, se explotaban minerales de plata,cobre y plomo y en la agricultura se inició la sembrada de trigo y cebada.
Educación en la Colonia
"Baile del Santiago antiguo" de Pedro Subercaseaux.
Durante la colonia, la educación fue una tarea encabezada prioritariamente por congregaciones religiosas y, en menor medida, por los cabildos. En ellos se enseñó a leer y a escribir, más algunos rudimentos de aritmética y catecismo. Pero la real educación era más enfocada a las áreas aristocráticas del país como lo eran los españoles e hijos de españoles en Chile, aunque existen registros de escuelas hechas para formar mano de obra, y a las mujeres enseñar prácticas de costuras, todas estas dirigidas por órdenes religiosas como los jesuitas y dominicos entre otros. Los sacerdotes eran las personas más cultas de la época; por eso, la enseñanza tuvo una sólida base religiosa. Ellos impartían la educación, destinada a los niños de las familias adineradas. También en este periodo las órdenes de los mercedarios y franciscanos formaron escuelas en Concepción, Osorno, La Imperial y Valdivia.
La mayoría de las grandes ciudades llegaban a tener colegios que impartían la educación secundaria con el auspicio eclesiástico, estos ingresos provenían de donaciones, su objetivo era formar gente letrada en el área sacerdotal (seminarios). Para la corona, toda comuna debía sostener una o más escuelas primarias, pero las rentas municipales resultaban por lo común escasas, y en las postrimerías del régimen colonial el número de escuelas públicas normalmente era nulo.
En Chile los ingresos para una educación de calidad no existían. Los criollos recibían instrucción primaria en conventos o escuelas mantenidas por el clero secular o por patrones privados. Obviamente solo para las necesidades del momento, España poco desarrollo mantuvo en su propia región por ende la preocupación de la colonias sobre la educación no existió, mas que nada la educación se limitaba a formar a dominicos como jesuitas entre otros, para el desarrollo de la fe.
Cada orden religiosa mantuvo estudios para la formación de los sacerdotes. La corona exigió que en todo pueblo indígena se mantuviera una escuela para enseñar el castellano. Debido a la necesidad de convertir a los indígenas a la fe católica, se abrió en Penco un curso de lengua araucana, pero no duró por la escasez de alumnos. También se mandó a hacer una escuela donde los Mapuches aprendiesen castellano, el Colegio de Naturales de Chillán (1697). Pero no siempre se cumplió esta medida. En los pueblos más alejados solo los jefes o “principales” entendían el castellano y sabían leer y escribir. Los niños indígenas eran reunidos en los atrios y patios de las iglesias, monasterios principalmente para la instrucción religiosa, formaban centenares de alumnos y la principal enseñanza se enfocaba en que aprendieran a leer y escribir. Al comienzo de la colonia la formación de escuelas a indígenas superó a la de criollos o de aristócratas ya que era la manera más fácil de formar mano de obra semi especializada y enfocada al trabajo. También las escuelas fueron enfocadas a las futuras madres de familia. En estas instituciones probablemente no se les enseñase a leer y escribir, sino más bien se enfocaban a la vida cristiana y las artes domésticas, catecismo, costura y bordado. Las niñas permanecían en estas escuelas desde los cinco o seis años hasta la pubertad, normalmente esas niñas que entraban en la pubertad se las casaba con los pupilos de los misioneros, con ello según se creía, la cristianización de la sociedad indígena seria más fácil. Este hecho produjo un incremento de población mestiza rechazada tanto del lado español como indígena, gran parte de estos niños creció sin educación y se transformo en la lacra de la sociedad (vagos, prostitutas, criminales), con ello la formación de escuelas dedicadas a la salvación de estas personas incrementó en Chile.
En las colonias americanas la necesidad de los aristócratas por una educación a su nivel para sus hijos, obligó a la corona a producir las dos primeras universidades mayores de América, ambas “reales” y “pontificias”, fueron las de México y Perú creadas por decretos imperiales en 1551. Además evitaba el peligroso viaje de los hijos aristócratas a España para obtener educación. Así los mayores centros de educación fueron formados por jesuitas “gozaron de la facultad de conferir el grado de Doctor en teología, que daba en la previsión de cargos eclesiásticos” (Campos Harriet, p 44).Los Jesuitas fundaron un internado para jóvenes aristócratas: el Convictorio de San Francisco Javier.Allí hizo sus primeros estudios Alonso de Ovalle y también el abate don Juan Ignacio Molina. Tras la expulsión de esa orden religiosa del país, en 1767, el internado, mantenido por el Estado, se transformó en el Convictorio Carolino. Hay constancia de que en el siglo XVII funcionaron en Chile tres centros de enseñanza superior con categoría de universidades pontificias, que tenían un carácter eminentemente eclesiástico: el Colegio Máximo San Miguel de los jesuitas y la Universidad de Santo Tomás de Aquino de los dominicos, ambas en Santiago; mientras que en Concepción funcionó durante 43 años la Universidad Pencopolitana dirigida por los jesuitas. Ofrecían grados de filosofía y teología como preparación para el sacerdocio.
En 1758 se obtuvo la autorización del Rey Felipe IV para la fundación de la Universidad de San Felipe que podía otorgar los grados de bachiller y doctor, gracias a las gestiones del cabildo de Santiago. Con esto se dio un realce a la educación y clase social chilena.
Hacia fines de la colonia se fundó la Academia de San Luis, donde se enseñaba matemática, geometría, química y dibujo, etc. Tuvo el mérito de ser el primer Instituto de Enseñanza Técnica de América.
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